LA INVASION (Cuento)
12 de Marzo del 2011 a las 17:00:30 0 Leído (592)
Debajo de aquella estera polvorienta lloraba en silencio un niño, sus lágrimas pequeñas
, llenas de angustia y desesperación caían como Chorros de lluvia, ah solo 2 años de
edad no sabía lo que sucedía en su pequeño mundo Exterior. Siempre se dice que todo
niño viene con el pan bajo el brazo , pero creo que solo algunos ,otros vienen solo con
migajas otros sin nada. Todos corrían en diferentes lados, los invasores, los policías,
los fiscales, y ¡el niños seguía llorando!!, las bombas Lagrimojenas caían para todos
lados, los palos, las piedras, los insultos y las amenazas.y ¡el niño seguía llorando ,
llamando a su madre!, Por otro lado una madre desesperada había sido capturada por las
autoridades, como invasora ;(querer ocupar un terreno que esta en litigio), pero la
necesidad tener un lugar donde vivir es mas grande ,¡gritaba! y ¡gritaba! que la
dejaran reunirse con su hijo. Con su rostro polvoriento y sudoso, llamaba sin cesar, ¡mi
pequeño hijo, mí Pequeño hijo!, llena de lagrimas por las bombas y por haberlo
dejado solo. Pero nadie hacia caso, la bulla el ruido, los gritos de la situación era un
caos, pensaban que era una mentira para escapar de su arresto. Todo este ambiente de
invasión y desalojo se desarrollaba en villa el salvador entre la avenidas mariategui y
ruta C. Entre los años ochenta y noventa.
Fernanda quispe león, cuando llego a lima de su tierra de ayacucho tenia 13 años, vino
a vivir en la casa de una tía, para ayudarla y poder estudiar, desdé pequeña soñaba con
ser policía recortaba las figuras de personajes que tenían uniforme. se miraba ella
vestida con la misma indumentaria.
Terminando la secundaria en una escuela publica, conoció a un chico, estuvieron de
enamorados, hasta fines del año .cuando el chico supo que Fernanda había quedado
embarazada se fue de viaje y la dejo sola. Sola con el pequeño miguelito cuya sonrisa
Primaveral y los ojitos de uva hacia alegrar la vida de Fernanda. Dándole una razón
porque luchar,
Fernanda no pensó que el desalojo iba a ser tan rápido y tan brutal, ni tiempo le dieron
de sacar su cosas o resguardar al pequeño miguelito, venia de comprar una lechecita lo
había dejado durmiendo cuando la detuvieron a unas cinco cuadras de su choza.
Desesperada entre el humo de las bombas lagrimojenas y los gritos de la gente.llamaba
por ayuda pero nadie hacia caso todo ese alboroto apagaban su gritos.
Fernanda; ¡Solo quiero recoger a mi hijo!, por favor.
¡Solo quiero recoger a mi hijo!, por favor.
(decía constantemente)
Mientras tanto el pequeño miguelito lloraba y lloraba, llamando a su madre y poco a
poco se ahogaba con la gases de la bombas lagrimojenas. Su voz se escuchaba cada vez
mas lenta, el aire cada vez estaba mas contaminado para el.
La desesperación llegaban al máximo en Fernanda, nadie se daba cuenta que había un
pequeños debajo de esa estera todos corrían a reguardar su cosas y a defender su
terreno o se iban lejos .el llanto de miguelito se escuchaba ,despacio, como
quien te habla al odio.
Fernanda estaban agrupada con todos los de mas invasores detenidos por eso estaba
muy vigilada ,no tenia espacio ni para moverse, tanta angustia de Fernanda que se
desmayo cayo de repente al suelo y todos trataron de hacer espacio pero no había ,le
dijeron a los policías que la sacaran porque necesitaba aire para respirar y los policías
la sacaron solo a ella para que pueda tener mas espacio para reanimarse. Uno de
policías le hizo oler alcohol y ella se movió y se agarro la cabeza. Y le dijo: Fernanda; si
déjeme sola un minuto para que pueda estar bien. El policía la dejo sola pensando que
unos minutos seria necesario para estar bien.
Fernanda con su mente en su hijo al ver que no tenía resguardo policial se paro
Lentamente y hecho a correr, la fueron a detener pero corría con tal desesperación
que no había quien la detenga. Llego a su choza abrió la cortina y encontró a su hijo
echado sobre cobija azul que le había dejado al salir, su respiración esta suave, lenta
,sus ojos llorosos estaba secos irritados por el gas .Fernanda con los ojos llorosos,
acongojada envolvió a su hijo y lo abrazo fuertemente y lo saco de la choza