Romeo and Juliet
30 de Septiembre del 2008 a las 19:23:39 0 Leído (415)
LA SENSACIÓN COMO CONCEPTO
La exposición individual que presenta Juan Carlos Alvarado Salvatierra en galería “Impromptu de El Cultural”, confirma el carácter que este espacio posee para realizar allí propuestas contemporáneas que se orienten a dirigir la atención de los espectadores fuera de lo tradicional. La galería sigue esta orientación de acuerdo al proyecto “Dignarte” y brinda así a los artistas plásticos de Trujillo la posibilidad de plantear con entera libertad trabajos que van más allá de cualquier contexto comercial y convencional para convertirse en proyectos artísticos singulares y diferentes en los cuales el artista se realice a sí mismo en forma que le permitan agitar conciencias, romper esquemas, reflexionar sobre el hombre y su entorno.
La propuesta- que lleva el título polémico y ambiguo de Romeo@ndjuliet – está desarrollada en un gran espacio de aproximadamente siete metros por cinco-35 metros cuadrados en el cual se disponen en diez filas verticales o cinco horizontales, como se desee, 50 figuras tridimensionales de resina. A lo largo de las paredes de la sala, se observa una delgada cinta rectangular de papel que recorre unos 36 metros, en el que se suceden el mismo tipo de figuras pero en dos dimensiones y en blanco y negro, casi todas sentadas y ubicadas en espacios rectangulares. Carecen de rostro y su cuerpo está destruido, lo que se enfatiza al estar roto el papel.
Hay un cierto efectismo, a primera vista, en esta especie de instalación. Mas observando detenidamente, el concepto está presente pero éste llega al espectador no tanto por una cualidad reflexiva de la imagen sino por la distribución que las figuras tiene en el espacio así como las formas retorcidas que poseen. Líneas rectas horizontales y verticales enmarcan la obra en la cual una serie de figuras heridas, destrozadas y en trance, se muestran frontalmente al espectador. Es una sociedad obsesiva de seres suficientes. Pero ninguna mira al lado. Cada cual se duele de su propia tragedia individual, en una especie de delectación morbosa de la desesperación. El artista repite figuras en una especie de seriación y con un sentido rítmico.El conjunto desprende así una tonalidad melódica monocorde y apagada con ciertos tonos altos y otros bajos que se repiten de manera insistente.
La propuesta es similar ala instalación con la que Alvarado Salvatierra obtuvo el primer premio en Concurso Regional de “Pasaporte para un artista”., con la diferencia de que esta era mucho más pictoricista y el color se hallaba más presente. En esta oportunidad, el artista mantiene las formas pero dentro de un tono casi monocromo – gris con rojo, blanco con negro- que resalta en una pared crema. Frialdad por un lado, violencia por otro, resumen esta exposición singular que cierran el año con obvio tono de acusación y protesta por una sociedad que no sabe encontrarse a sí misma y se retuerce en su propia soledad, sin rostro, sin identidad, sin alma…
Este intento de buscar el espíritu de la posmodernidad en el arte resulta pues esencialmente trágico. Los jóvenes aceptan estas formas por que se corresponden con las imágenes artísticas que hoy se elaboran; se identifican con ellas puesto que viven el espíritu que estas imágenes proyectan. El abstracto esta demasiado alejado de una realidad trágica como la nuestra. Lo surreal parece ser una forma de evasión .Solo queda – manifestado como un grito ahogado – un expresionismo confundido y paranoico.
¿Esa es la respuesta? ¿Es el sentido trafico de la existencia comprendida como imposibles al dolor, la frustración, el desencanto? por lo pronto, Alvarado Salvatierra se inscribe junto a quienes no pueden hoy sino expresarse en ese sentido, experimentando hacia el vació, hacia la confusión, hacia el caos…
Alfredo Alegría Alegría
Critico de arte
Diario La Industria
Trujillo – Perú, domingo 14 de diciembre de 2003