Evan Deval nació en Río de Janeiro. Siendo muy joven marchó fuera de la ciudad probablemente en busca de un lugar que echaba en falta sin saber muy bien porqué ni cuál era. Un pueblo en la montaña fue el primer lugar escogido. Más tarde en la costa norte de Río de Janeiro, fue su residencia por un período más prolongado. Ambos pueblos, pese a ser tan diferentes uno del otro, supieron despertar su interés por el arte y relacionarlo con la naturaleza y lo cotidiano como fuente de inspiración. Vive de espaldas a cualquier moda de las que pretenden homogeneizar el arte, y utiliza un lenguaje llano relacionado con su entorno.
Llega a España y se instala en Barcelona por casualidad, después de estar un corto tiempo en Buenos Aires. Es en Catalunya donde encuentra la paz necesaria para desarrollar su creatividad. Se integra y familiariza fácilmente con la lengua catalana al vivir desde hace 9 años en una zona céntrica de la ciudad.
Su doble nacionalidad le aporta amplios conocimientos y aunque cree que este es un buen lugar para vivir y para crear, siempre está abierto a nuevas ideas y oportunidades.
Sus clientes, de ámbito internacional (España, Francia, Italia, Inglaterra, Holanda, Brasil, EEUU, Chile, China…), responden a un amplio perfil, con gustos y estilos variados que valoran su obra singular y exclusiva.
OBRA – Cuadros, Esculturas y Mobiliario La
obra de Evan Deval es el resultado de una inquietud indefinida. Es una especie de confesión íntima, un universo poblado, también, por esculturas sinuosas y figuras anónimas que representan escenas de la vida sin saber que las estamos observando.
Sus personajes provienen de situaciones rutinarias y singulares. De un paisaje cotidiano, con alma y sentimiento, sensibilidad y euforia.
Le gusta jugar con distintos componentes, colores, materiales y texturas.
Su técnica, utilizada mayoritariamente sobre madera, consiste en una mezcla de derivados de la misma, rematándolo con pinturas varias. Las texturas que crea se obtienen de residuos de la madera, que junto a la pintura, logran acabados y volúmenes que escapan de la tela.
Podemos encontrar las gorditas sensuales pintadas con mimo y alegría, también los finitos callejeros que a veces dejan los cuadros y se convierten en esculturas, y los mosaicos de madera (unos patchworth extraordinarios).
Las esculturas mezclan hierro y maderas de tal manera que dan sentido a la palabra fusión. Sigue la línea de los cuadros, pero de estética más robusta en volúmenes y peso. Se trata de elementos bastos hallados en la naturaleza, específicamente troncos. El hierro es utilizado para complementar la estructura y composición de la obra.
El artista, muy ligado a la armonía del espacio y del entorno, crea muebles de líneas singulares con efectos y formas contundentes. Simplicidad y utilidad que da un enfoque especial en los ambientes: lámparas, biombos, mesas, percheros…
Más información: www.evandeval.comSuscríbase a nuestro boletín informativo sobre arte y diseño: /www.evandeval.com/news