Nací hace más de cincuenta años en Soria, una tierra próxima al cielo cuya luz, virginidad, sobriedad y románico marcan y estimulan profundamente a quienes portamos un gen creativo. Estudié en la Escuela de Bellas Artes de Soria donde conocí a un joven profesor recién venido de países nórdicos que me inoculó definitivamente la pasión por la escultura, obteniendo en mi primera año de escuela un accésit nacional de Cruz Roja Española y un segundo premio nacional de Tabacalera Española.

Mi vocación artística se vio condicionada por el contexto, las expectativas de la familia, y por otras circunstancias inevitables que me abocaron a estudiar y licenciarme en derecho. Empecé trabajando como abogado en una gran multinacional americana e incluso aprobé unas oposiciones y conseguí una plaza como funcionario técnico de la administración, también cursé estudios de doctorado en sociología, pero tal vez por el carácter, por el destino o qué sé yo…, lo cierto es que la vocación artística siempre estuvo latente y ejerció una “fuerza” difícil de reprimir. Además, mis ansias de viajar me llevaron a integrarme en el mundo del turismo, trabajando como profesor, director y presidente del Consejo Rector de una Escuela Superior de Turismo, lo que me permitió una intensa actividad viajera y conocer los principales museos y centros de arte mundiales, que sin duda me ayudaron a configurar mi formación artística y que me persuadieron irremediablemente. Como decía Sigmund Freud, el aparente destino fatal se encuentra auto inducido de manera inconsciente por el individuo. En mi caso, nunca he sabido si nací artista o mis experiencias, circunstancias, conocimientos, sensaciones, insatisfacciones etc… me llevaron a ser escultor, pero lo cierto es que, junto a la familia, he encontrado en el arte la mejor terapia y energía para vivir ilusionado.

Mediante la observación, la contemplación, empatía y diálogo con el silencio, trato de compenetrarme y captar la esencia de la obra final, que no es otra que la escultura resultante y el aspecto terapéutico implícito que conlleva su proceso creativo. Cada una de mis colecciones son una muestra de una lenta caminata en la que la escultura me ha servido y sigue sirviéndome para evolucionar y reinventarme a mí mismo.

Todo lo anterior explica el hecho de que mis obras no se puedan encuadrar en un estilo de arte contemporáneo único, de modo que alterno el abstracto, el conceptual o el figurativo, todo depende del estado de ánimo, del material disponible y de la evolución de ese diálogo con la pieza. Tal vez el espectador no perciba esos estados de ánimo ni sensoriales en las obras, pero seguro que advierte que el impulso creativo de cada una de ellas es una necesidad irresistible, a la vez que un verdadero divertimento. La mejor manera de huir sin salir de casa.

Andy Warhol decía que un artista es alguien que produce cosas que la gente no necesita, a lo que yo añadiría que solo lo necesita el artista cuando la rutina no le satisface plenamente. Cuando realicé las obras ya cumplieron su cometido, que no era otro que el lavado del polvo de la vida cotidiana, como diría Picasso.

Por lo que se refiere a la producción escultórica, hubo un antes y un después desde que a punto de cumplir los 40 años rehabilité en Molinos de Duero (Soria) uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura tradicional soriana, convirtiendo los jardines, salones y galerías del edificio en un museo permanente que me permitió exponer gran parte de mi obra sin dejar de participar en mas de cincuenta exposiciones individuales y colectivas en los últimos 15 años. Esculturas mías pueden contemplarse con carácter permanente en lugares privilegiados de la geografía soriana y en algún museo nacional. Entre los trabajos más recientes destacan el monumento memorial a ferroviarios represaliados instalado en la fachada principal de la Estación de Atocha de Madrid realizado conjuntamente con mi amigo Ricardo González; el "Templario" homenaje a Bécquer ubicado en el jardín de entrada a los Claustros de San Juan de Duero de Soria que fue seleccionado en el II Simposio Internacional de Escultura "Ciudad de Soria", ambos colocados en noviembre de 2018; el “Olmo de la Esperanza” en la plaza de La Iglesia de Matalebreras (Soria) en abril de 2019, y la obra “Mardano trashumante” en el municipio de Borobia (Soria) en mayo de 2019, o "El Mito de la Caverna", contra la viloencia de género en Reznos (Soria) . Las última exposición individual “FERROviARTE”, se mostraron en el Museo del Ferrocarril de Cataluña tras haber pasado por el Museo del Ferrocarril de Madrid.

Sigo trabajando en proyectos escultóricos ilusionantes.