En las obras de Cruañas suelo descubrir algo como un relente de agua somera o profunda. Porque él es un pintor de filtradas acuosidades permanentes. Por eso es tan extraordinario acuarelista, celoso siempre de saber pararse a tiempo, como el viejo Turner; como lo es el también extraordinario Ramón Gaya, del que hay que leer en uno de sus más fascinantes escritos cómo descubrió a la Pintura emergiendo de las aguas de la laguna veneciana. De un agua con tiznes oleosos, como detenida o revuelta en su mucho y atrafagado tiempo vivido. No transparente y traslúcida -podríamos añadir-, sino con algo corporeamente flúido, vegetal y carnoso a la vez
En las pinturas -óleos o acuarelas de Josep Cruañas- aflora de ordinario una atmósfera como la de sus lugares preferidos - del Ampurdán, Holanda, Venecia, Honfleur, la misma Barcelona del puerto, con su Montjuic al fondo- que tan bien condice con la del gran poeta andaluz citado: ésa tan humanísima que es la que también intuímos en las mejores obras de madurez de nuestro pintor.
Rafael Santos Torroella
Biografía
Josep Cruañas nace en 1942 en Maià de Montcal, un pequeño pueblo situado en la comarca de La Garrotxa -Girona-. Pronto se interesa por el arte, ya que a los 15 años asiste a clases de dibujo en la Escuela de Arte de Banyoles, que dirigia Joan de Palau. Tres años después, frecuenta el estudio del pintor Joan Sibecas en Figueres, personaje que será esencial en su porvenir pictórico, pues Sibecas estaba considerado como uno de los introductores del cubismo en Catalunya, aunque también cultivaba el informalismo, dentro del apartado espacial, fragmentando la tela.
Su recorrido formativo continua en Barcelona el año 1961 donde se instala, circunstancia ésta, que le permite ir a clases de pintura al natural en el Real Círculo Artístico y Sant Lluc. Es evidente, pues, que aún siendo considerado un artista autodidacta, estos contactos con estudios y talleres de dibujo y pintura le servirán como punto de partida para dedicarse más tarde a la que ha sido desde siempre su máxima pasión: la pintura.
En Barcelona se dedica profesionalmente al mundo de la publicidad como grafista, que no deja de ser una manera creativa de ver lo que sucede, no sólo en su entorno , sino que a veces va más allá de la propia realidad cotidiana. Combina la publicidad con la pintura durante este tiempo, hasta que a principios de los 70 se adentra completamente en el mundo de la pintura, tal como se pudo comprobar en la primera exposición realizada a nivel colectivo en la galería Mundi Art de Barcelona, y un año después , pero ya individualmente en la galería Ausart de Vic.
Durante la década de los 70 se interesa por los “ismos” del momento, o sea, los que le eran más próximos, caso de la abstracción, el surrealismo y el expresionismo. El hecho de que se relacione con artistas como Frederic Lloveras, hará que se vaya apartando de estas tendencias y derive hacia un impresionismo más personal, aunque el mismo Lloveras, se incline hacia una pintura más geométrica y dibujística, sin obviar evidentemente el color. Precisamente refiriéndose a sus inicios Jordi Rodríguez-Amat señala que Cruañas “entra en una figuración de espacios urbanos desfigurados”, donde se aprecian incluso edificios derruidos, fábricas, etc. Es evidente pues, que el interés por los espacios urbanos se aprecia muy pronto, y hasta la fecha sigue siendo uno de los principales protagonistas de sus obras.
Es el momento de abrirse al exterior, y por ello comienza a viajar por Europa, hecho éste que le permite conocer diferentes lugares, hasta ahora desconocidos para él, que representará nuevas maneras de entender y captar la luz y el color. Acompaña a Lloveras en muchos de estos viajes. Cruañas recuerda que cuando estuvo por primera vez en Londres, descubrió “los paisajes nórdicos, las gamas grises y los cielos de plomo”.
Normalmente los artistas suelen tener influencias, y en el caso de Cruañas no es una excepción, lo que sucede es que no sigue una línea creativa muy determinada, aunque se le incluye en el impresionismo, él mismo se considera como “heredero del expresionismo y partidario de dejar fluir lo que sale de dentro de mí cuando pinto”. Ello hace que tenga preferencias por pintores como Cézanne, Bracque o Stâel, pero también por algunos más próximos a él, como por ejemplo el mismo Lloveras y Juan Alcalde.
Pero no será hasta los años 80 que encontrará su espacio pictórico, ya que hasta aquel momento estaba interesado por los “ismos” predominantes del siglo XX, caso de la abstracción, el surrealismo y el expresionismo. Eso se puede comprobar cuando representa los paisajes urbanos de diversas ciudades portuarias y marítimas, principalmente del norte de Europa, fruto de su espíritu viajero que le permite observar aquello que para el resto de los mortales nos suele pasar desapercibido, como por ejemplo: la atmósfera, la vaporosidad, la nostalgia, el ambiente...
Una característica que se ha de destacar de Josep Cruañas es su participación en todo aquello que se pueda relacionar con las tertulias y reuniones de artistas, o sea, con todo tipo de personas interesadas en cuestiones culturales que opinen sobre el arte que se hace en nuestro país. Es suficientemente conocido que hoy en día estas charlas no suelen ser frecuentes, ya que existen otros mecanismos para tener contacto y saber lo que se está haciendo en cualquier momento y lugar.
Cruañas fue uno de los fundadores de “La Cova del Drac” junto con Lloveras, Vives Fierro, Barnadas, Morató Aragonés, Sanjuan, Griera, Siches, Rollán, Sarsanedas, R. Llovet i Agustín Río, entre otros. Asimismo, también acudía habitualmente a la “Penya La Punyalada”, situada en el restaurante del mismo nombre en el Paseo de Gràcia desafortunadamente desaparecido, donde se reunían artistas, críticos, marchantes, coleccionistas, etc. También formó parte del denominado “Grup del Passeig de Gràcia”, proveniente de los artistas de la galería Comas. Todo ello indica que siempre le ha preocupado la opinión de los demás, y que le sirve a él también para superarse artísticamente, y comprobar que el arte, en este caso la pintura, se puede representar de muchas maneras, todas ellas válidas, siempre y cuando tengan la calidad y creatividad necesarias.
Han pasado ya más de tres décadas de su primera exposición, y en todo este tiempo ha realizado más de un centenar de exposiciones entre individuales y colectivas alrededor de Catalunya, como también del resto del Estado. Respecto al extranjero su trabajo se ha podido ver en Sudáfrica, Uruguay, Cuba, Malta, Estados Unidos, Andorra y Francia. Ello indica que el público valora más su obra, como también la crítica especializada.
Es preciso destacar que fue invitado a visitar países como Uruguay (1980) y Cuba (1995), y junto con otros cinco pintores realizó un cuadro de grandes dimensiones para el Hotel Nacional de La Habana.
Durante la década de los 70 y 80 participa en diferentes concursos de pintura, donde obtiene numerosos premios, entre ellos destacan el XVIII Premio Internacional Tossa de Pintura Rápida. Tossa de Mar (Girona), 1974 y el Premio “Francisco Salva” dentro de los premios “Villa de Palamós” (Girona), 1982. También cabe mencionar que en el año 1994 el ayuntamiento de su pueblo natal, Maià de Montcal, le nombró Hijo Ilustre de la localidad.
El año 1993 la editorial “La Gran Enciclopedia Vasca”, dentro de la colección de “Maestros actuales de la pintura y escultura catalana”, editó un libro sobre su trayectoria artística, siendo los autores Joan Carrera y Elena Maria Morató.
Su obra se encuentra en museos y fundaciones como por ejemplo el Museo de la Diputación de Barcelona, los museos gerundenses de Banyoles, Tossa de Mar y Palamós; El Vendrell -Tarragona-, o fuera del país caso del Museo Nacional de Bulgaria.
Para definir su trabajo actual, tal como se ha comentado anteriormente, se podría afirmar que se mueve dentro de un impresionismo con tintes abstractos. Su pintura transmite una vaporosidad especial, inmersa en una atmósfera muy húmeda. Asimismo, el gesto y la densidad de la paleta, además de la intensidad cromática de las tonalidades neutras, con atisbos de cromatismo para destacar alguna parte de la composición, son otras de las características que creemos esenciales en su obra. Respecto a la luz, se aprecia cada vez más el interés en mostrar escenas donde la luminosidad prevalezca respecto a la idea del claro-oscuro. La temática preponderante, es evidente que es el paisaje, tanto urbano como rural. Vistas de diferentes lugares de Normandia, París, Cadaqués, Barcelona, Venecia, Ámsterdam o El Empordà, son habituales en los óleos y las acuarelas, dos de las técnicas más empleadas por el artista.