MANUAL para identificar la escencia del arte
04 de Septiembre del 2007 a las 11:44:35 1 Leído (630)El total del conocimiento humano se divide en dos: el arte y la ciencia. En la ciencia el hombre esta limitado por las leyes naturales, y en el arte el hombre estará guiado por la libertad, fundamental para la creación.
En la ciencia el hombre usa su inteligencia. En el arte usa sus sentimentos.
Sin embargo es muy difícil encontrar una obra plástica sin contenido intelectual, y sólo el público cultivado puede apreciar el arte en una obra, si es que la tiene, y por eso se puede decir que el problema del arte actual no radica en las obras presentadas sino en la dificultad del público de apreciar su valor plástico. Con un público mas exigente nuestras galerías y museos se limpiarían de gran cantidad de objetos insulsos.
Los siguientes pasos son una guia que sugiere un camino para diferenciar el arte de lo que no lo es.
1. ELIMINAR EL TEMA
Juzgar de una manera justa el valor artístico de una obra es una cuestión difícil. Una condición para que esto sea posible es hacer de lado el mensaje que conlleva. Esto es mas fácil de comprender si pensamos en la música que no pretende comunicar nada inteligible y la apreciamos instintivamente únicamente por su valor estético que se nos presenta sin veladuras. No ocurre lo mismo con una obra plástica que a menudo se le confiere valor por que comunica algo, por que esta hecha para causar un impacto y presenta un problema material y mundano. Por eso ignorar lo que una obra comunica es una condición para apreciar su valor plástico.
2. INDICE CREATIVO
Para definir el valor de una obra debemos juzgar su "indice creativo", es decir establecer en que medida una obra es producto auténtico de la actividad del artista. Asi por ejemplo una aglomeración de piedras en una galería tendrá un indice creativo horrorosamente bajo, a menudo son conocidas estas improvisaciones como instalaciones. El otro extremo de la escala sería una obra en cuya completa dimensión y detalles sea palpable la intervención del artista y esta labor estará hecha a conciencia y sin elementos casuales. Aqui se trata de establecer la importancia de la condición de creador del artista y que una obra de arte para ser tal debe estar hecha en su totalidad por la accion humana.
3.CUALIDADES PLASTICAS
Continuamos con la apreciacion de la obra y teniendo los dos primeros puntos de naturaleza técnica cumplidos tenemos ante nosotros una obra limpia de mensajes que presenta a todo su ancho la intervención directa del creador. Entonces debemos distinguir las cualidades plásticos de la obra. Armonía y ritmo en las líneas, tonos, colores y formas de la obra, ya sean dibujos pinturas o esculturas. En pintura, por ejemplo, la armonía puede ser por analogia o por contraste, y el inherente simbolismo de los elementos plásticos estara claramente adaptado a la expresión emocional de la obra.
4. SUBJETIVIDAD
Cuando vemos las anteriores condiciones cumplidas quedamos abandonados a nuestra capacidad de apreciación estética. Entonces es el momento de desactivar nuestra inteligencia y dejar a nuestro instinto recibir las ondas que emanan de la obra, que realizada en un período de tiempo relativamente extenso no puede ser siempre disfrutada al instante, sino que debemos trabajar una senda sobre ella y desplazarnos con seguridad para comprender el rumbo del artista y sentir lo que él ha experimentado. Esto es para la mayoria algo sencillo cuando se trata de una renombrada obra, pero mas difícil cuando los elementos plásticos se alejan de toda relación con el mundo visible, es decir cuando se trata de arte moderno o de abstracción... y el constatarlo nos hace tristemente concientes de la naturaleza elitista que siempre ha tenido el arte.
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MIR LUSEWIX 2007-09-04 00:00:00
INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA Nadie habrá dejado de observar que con frequencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situá un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de transladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso. Julio Cortázar. Espero que se entienda la analogía
INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA Nadie habrá dejado de observar que con frequencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situá un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de transladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso. Julio Cortázar. Espero que se entienda la analogía