curvoexpresionismo lúdico 2002-2004.
¿Cómo puede alguien decir que los animales no tienen alma?, ¡por Dios!, que vengan a casa a conversar un rato con mi pero Ringo, que se dejen embaucar por sus encantos, que observen detenidamente su mirada dulce, sincera, amable, el modo con el que te pide que le saques a la calle ¡que se mea!, que le cojas, que le des cariños…
Yo creo que si tienen alma todos los animales, y las plantas, se nota en su crecimiento, en cómo miran al sol o piden agua para poder vivir, en la constante búsqueda de compañía, en su procreación y abrirse camino en la vida. Incluso son más hermosas si hay música de fondo. Pero no importa si no compartes esta opinión conmigo, de hecho es mejor que pienses de otro modo, sería más enriquecedor, estaríamos aportando opiniones y cuanto mayor sea el número, estaremos más cerca de la respuesta de cada cuestión. Aunque la clave del meollo, el ajo, la verdad de las cosas ya está en el subconsciente de cada uno, formando parte del nexo entre los seres vivos, y con nuestro entorno. Este nexo es lo que nos ha mantenido siempre en común unión y está más cerca de lo que se dice. Está en el aire que respiramos, en el agua que bebemos, en la tierra que nos da alimentos y en el fuego que nos da la luz con la que vemos, la energía con la que vivimos. Nuestros cuerpos individuales están hechos de la misma materia que todo lo que nos rodea y conocemos, que compone nuestras ideas, lo que somos.
El alma que, como dice Eduardo Punsset, está en el cerebro, también está compuesta por la misma materia, neuronas formadas por agua, química y la energía que las mantiene en perfecto equilibrio entre sí, flotando en un fluido tan relativo como el aire, en los que la única diferencia es la separación entre sus moléculas, que a su vez están en perfecto equilibrio entre sí, al igual que lo están los planetas y sus satélites alrededor del sol en la vía láctea, pero no vamos a enrollarnos con los trascendentalistas del S. XIX. Tenemos el mismo número de neuronas en el cerebro, que de estrellas en la vía láctea, pues llámalo casualidad o como leches quieras, pero es así, y con las cosas que son, ¿para qué más dilaciones?. ¡Al grano!, que todo forma parte de la misma película. Si el alma es lo mismo que todo lo que nos rodea, los animales, las plantas, los paisajes, el mar, la tierra y el cielo también son y tienen alma. Puedes o no estar de acuerdo conmigo, pero cuantos más pensemos en ello, antes encontraremos la verdad, que en definitiva, ya está en nuestro subconsciente, donde también se encuentra el nexo de común unión o comunión entre los individuos. A este concepto que nos rodea y nos une, y que forma y compone todo lo que existe le hemos puesto diversos nombres a lo largo de la Historia y según modos de pensamiento, por ejemplo: Universo, Tao, Dios, Alá, Yavé, Om, Vectoria, Idea Universal, algún Ser Superior, el conjunto de tus ancestros que te ven desde el cielo, etc. Yo lo llamo Dios, me gusta más, si quieres llámalo ¿romanticismo? Llames como lo llames lo llamas luego está. Algunos solo lo llaman para echarle las culpas de todos sus males. Otros suelen llamarlo “Nada”, “yo creo en nada”, ésta es la definición de incrédulo-a, pero… ¿es un piropo?, ¿está guapo ser incredulo-a?, ¡da igual!, tú no lo eres, porque de lo contrario ya habrías dejado de leer. Gracias por seguir leyendo.
Antes me preguntaba cual sería el motor que me mueve a pintar, ahora comprendo que formamos parte de una idea en la gran mente infinita. Esta idea está en continua evolución desde su origen (el Big Bang) hacia el fin de la historia de la que formamos parte, hasta el día en que nos liberemos de los límites perceptivos de nuestro cuerpo( alto, ancho, profundo y el movimiento o tiempo relativo). En este proceso todos y todo somos protagonistas, y nuestro papel es aportar algo a la vida, al conocimiento humano, mediante la creatividad, cualidad innata y común a todos.
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