Critica de Carlos Bermejo
21 de Febrero del 2008 a las 11:04:56 0 Leído (781)
MIRAR UN CUADRO: RAMÓN FERNÁNDEZ "PALMERAL"
OBRA: "INTELECTUALISMO IX".
Nuevamente me veo en la difícil tesitura de presentar a Ramón Fernández "Palmeral", porque el palmeral con el que adorna su nombre; se hace realidad en su rica personalidad. Una sola palmera no hace un palmeral. Un palmeral es casi un bosque de palmeras; oasis en medio de un desierto, en que abundan los frutos y el agua para calmar el hambre y la sed de los viajeros del mar de arena.
Así veo yo a Ramón, flexible, altivo, la más alta palmera del palmeral, inclinando las múltiples ramas de su saber hacia el suelo, donde nos movemos los demás mortales, cayendo cual mana para alimento espiritual de los que le seguimos en su rica trayectoria intelectual.
No voy a entrar en curriculum ni biografías, porque con ser importantes en su historia vital, ya lo he hecho en otras ocasiones y esto se alargaría hasta el infinito, dada su multifacética personalidad .Tiempo habrá cuando Ramón vuelva a darnos alguna charla o conferencia, como aquella magnifica sobre el "Guernica" que dio en esta Sala.
Hoy el mana con el que él nos alimenta y se retroalimenta, viene en forma de cuadro titulado "INTELECTUALISMO IX". Un oleo de la cadena de sus últimas producciones pictóricas, con el que pretende apuntalar su teoría o nuevo "istmo" por el creado titulado "INTELECTUALISMO". En esencia y para simplificar, se trata de dejarse llevar a la hora de realizar un cuadro, por los sentimientos del subconsciente dejando la mano al albur de lo que aquel le diste. Ramón, para ser consecuente con su teoría, tampoco tiene muy claro lo que es, puesto que el subconsciente le juega malas pasadas y a veces, queriendo el tirar hacia la abstracción, le sale un cuadro de puro realismo, con reminiscencias dalinianas y simbolistas en el que esta presente todo el bagaje de su aprendizaje, del que por mucho que él
quiera no se puede desprender, porque sería la Nada pictórica del principio de los tiempos Una paradoja más de la rica personalidad de nuestro querido Ramón, quien sin embargo logra grandes aciertos con sus espacios bien estructurados, colores bien contractados, composiciones donde nada parece dejado al azar y dibujo bastante ajustado. Es decir, todo bien pensado, meditado y realizado, donde el automatismo de su teoría brilla por su ausencia. Y es que Ramón, aunque lo intente, no puede dejar de lado cuando pinta, su otra personalidad, la literaria y como a su tocayo Ramón Gómez de la Serna, le gusta hacer greguerías para adornar la indudable valía de su obra pictórica. Eso es licito e inteligente para darse a conocer, pero en nada mejora la calidad de su pintura, que a mi entender, en cada cuadro mejora, aunque para ello tenga que servirse de lo excluido en su teoría.
Así es Ramón, inteligente, culto, contradictorio en su pensamiento, algo ególatra (como todo el que se precie) trabajador, incitador de polémicas tan solo por el gusto de polemizar, iconoclasta y rebelde, moderno y clásico a la vez. Amigo de sus amigos, tolerante con todos y fustigador de injusticias. Si queremos conocer mejor su personalidad literaria, hay que entrar en su "Blog-de Pepe Bragas" y leer sus columnas de la derecha, pero si queremos conocer su personalidad humana, hay que tratarlo como amigo. Entonces veremos que es muy "buena gente" en todos los sentidos, pese a que a veces se despache con alguna frase cortante que sin el pretenderlo puede llegar a hacer daño, y cuando en su denominada "Filosofía privada" dice: "Con una mano pinto, con otra escribo y con la tercera me masturbo", habría que añadirle "y con la cuarta, la de mi corazón de poeta, me doy a los demás sin esperar nada a cambio.
Ramón tienes la palabra y el látigo, emplea lo que quieras. Carlos Bermejo.
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