Articulo escrito en www.elcultural.es por Carlos Garaicoa
Una historia más, por Carlos Garaicoa
Vivimos a la espera de un crítico que repare en nosotros, que note nuestra presencia. Creemos que con una mirada de ellos, y sus buenas palabras sobre lo que hacemos, nuestra suerte cambiará. Pensamos que no somos buenos por no haber sido tocados por la varita mágica del crítico de turno, del periódico más leído, o de la revista especializada más in. Los ves pavoneándose por inauguraciones, cocktails y demás eventos aburridos. Casi siempre adulados en exceso, confiadísimos, como si tuvieran la clave para redefinir el derrotero del arte o la próxima generación de artistas. Parece como si todos quisieran ser Baudelaire y muchas veces tienen un tufillo a Baudelaire. Pero los entiendo: casi todos nosotros quisiéramos ser Picasso.
En fin, un día te das cuenta que estabas ensayando cosas, y que no podías salirte de aquella obsesión con ciertas imágenes, y le hiciste mucho caso a cierto crítico que era tu ídolo, y además ya lograste que escribiera sobre ti; ya le ves todas las costuras, sus ensayos baratos, y te das cuenta que también estaba obsesionado y aprendiendo, y que confió demasiado en un artista que tal vez eras tú, y en algo que pensó sería el arte del momento. Notas que lo que al tipo le gustaba como a ti era ese trasiego de farándula y locura de estar descubriendo el mundo “excéntrico” que dicen que es el mundo de los artistas. Nada, toda una fiesta, una bacanal del pensamiento.
Descubres, entonces, que había algo muy serio en todo esto y que no lo habías notado. Y que vivías en un mundo elitista y engreído. Un mundillo con patrones equivocados y rígidos, lleno de entresijos políticos y económicos que lo alimentan. Que sueña que ya casi estamos llegando a tocar las fibras más sensibles del ser humano. Acercando el Arte a la Vida. De pronto descubres que críticos y artistas somos uno, alma y cuerpo indisoluble y que hemos alcanzado nuestro sueño, somos cuasi Dios, que somos Baudelaire y Picasso en una sola esecencia. Todo reconciliación.