LA CRITICA

13 de Mayo del 2007 a las 18:15:15 2 Leído (1202)

Gracias por su crítica

Por: Martha Cruz 
EL NUEVO DIA - IBAGUE-TOLIMA
Mayo 07 de 2007.

Es muy grato recibir aplausos y elogios por las cosas que uno dice o hace y es una práctica que debe estimularse porque ello fortalece la autoestima, anima a seguir adelante y conduce a mayores logros que pueden beneficiar, no sólo a las personas sino a toda una comunidad. Pero, también puede ser muy valioso recibir críticas; claro, si ellas se formulan en forma constructiva, propositiva, oportuna, respetuosa, y con el ánimo de ayudar.

A su vez, quien recibe la crítica debe estar preparado para acogerla y, si ha sido formulada en forma adecuada, debe agradecerla porque quien la hace demuestra interés, se ha tomado el trabajo de aplicar tiempo para estudiar, reflexionar y sugerir, cuando bien hubiera podido ignorarlo o pasarlo por alto, como lo hace la mayoría. Amerita entonces tomar en serio los comentarios y sugerencias que formulan y recibirlos con mente abierta y con la mejor disposición para acoger aquello que le ayude a mejorar su propuesta, su trabajo, su comportamiento. Entonces usted podrá decir: “Gracias por su crítica, me ayudó mucho”

Ahora bien, el problema con la crítica en nuestro medio, es que suele expresarse en forma destructiva, demoledora, descalificadora, con lenguaje negativo y ofensivo; no se centra en el hecho o asunto en sí, sino que tiende a dirigirse a la persona en forma ofensiva, hace generalizaciones excesivas que tienden a magnificar las fallas y minimizar o ignorar los aciertos o aspectos rescatables que pueda tener el asunto en referencia y, con ello, en vez de ayudar, destruye. Este tipo de crítica causa daño y dolor a quien la recibe pero, también habla muy mal de quien la emite, porque lo delata como persona envidiosa y dañina, y no se salvará de que haya quienes afirmen que usted “como no puede construir, opta por destruir”.

La crítica puede ser muy útil y mucho ganaríamos si optamos por asumir la responsabilidad de “no tragar entero”, no dar por descontado todo, no aceptar argumentos de autoridad, no quedarnos en la superficie de las cosas, mirar a fondo, ver nuevos ángulos, analizar, profundizar, tener entereza de hacer crítica y sustentarla, para reaccionar o para pronunciarnos. Pero, para que ello sea de verdad útil, no podemos limitarnos a afirmar que algo está mal, es deficiente, es feo, o no nos gusta; se debe precisar con detalle dónde están las fallas o deficiencias y presentar sugerencias puntuales para mejorar o corregir, qué y cómo.

Cuando considere que debe criticar, hágalo y siempre recuerde:
• Cuide su lenguaje, verbal y no verbal
• Refiérase a los actos y no a las personas
• Hable en forma respetuosa
• Expréselo en positivo.
• Evite descalificar y ofender
• Sea oportuno y cuide el momento en que se hace y ante quién lo hace.
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Recuerde que es posible destruir en un minuto asuntos que han llevado mucho tiempo en construirse, porque es más fácil destruir que construir.

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