EL EMBAJADOR DE LOS COLORES
19 de Mayo del 2010 a las 14:44:18 0 Leído (591)
El embajador de los colores
Patrimonio Cultural del pueblo de Mochima, el trabajo pictórico de Carlos Rojas Lemus ha sido reconocido por la Unesco y por el Salón Internacional de Invierno de Barcelona, España
por VERÓNICA MEDINA | ESTAMPAS ORIENTAL | DOMINGO 18 DE ABRIL DE 2010
nació con esa inquietud que hoy lo acompaña
Desde niño observaba a su mamá pintar en las taparas las olas del mar, con barquitos y algunas guacamayas, el color inevitablemente lo llamó. No recuerda a que edad empezó a dibujar sus primeros trazos, siente que nació con esa inquietud que hoy lo acompaña a sus 44 años de edad.
Carlos Rojas Lemus desde pequeño le decía a los visitantes del pueblo que era pintor y los tomaba de la mano para mostrarles algunas de sus obras. Así, poco a poco fue creciendo en la memoria colectiva como un artista. Tanto que algunas casas tienen cuadros pintados por él, cuando era adolescente, y que decir de la iglesia del pueblo, donde una de sus paredes tiene una pintura de su autoría, hecha a sus escasos 15 años.
Fue más o menos a esa edad cuando su inquietud por descubrir qué había más allá del horizonte bañado por el mar de Mochima creció. Siempre se paraba frente a la playa y se imaginaba otras tierras y aventuras. Entonces un alemán, que conoció su papá a través del Instituto Oceanográfico de la Universidad de Oriente y que iba de visita Mochima, le extendió una invitación a Caracas. "Fue una de las experiencias más hermosas de mi vida. El señor trabajaba en una empresa de pinturas al óleo y me llevó al depósito principal en la capital, me soltó allí y me dijo ´agarra lo que quieras´. Tomé pinceles, pinturas y otros materiales. Estaba muy emocionado".
Pronto sus pies recorrerían mundo. Su primer destino: Caracas, allí empezó a formarse en las técnicas de pintura en la Escuela de Arte Cristóbal Rojas y su lienzo virgen comenzó a tener influencias de otros maestros y tendencias. "Un día Sofía Ímber aceptó una de mis pinturas para una exposición, pero el arte no era suficiente para vivir y estudié diseño publicitario, en lo cual trabajaría por más de una década", hasta que el llamado del pincel fue un grito y volvió a sus raíces. Desde ese momento su transitar no sólo fue por diversos países, sino por la eterna búsqueda de la genuinidad en su obra, que ante todo conservan los tonos de su tierra.
París se metió en la mente de Carlos Rojas Lemus. "Tenía que ir, porque París es como el termómetro del arte. El primer viaje que hice allá fue de exploración y vi que había la posibilidad de hacer algo. Pasé seis meses y lancé mis pinturas a la calle, en pleno verano. Como vi que mi trabajo era bien recibido por la gente, me atreví a llevar mis obras a una galería. Pensaba que las personas allá eran muy exigentes y yo era un pequeño pescador de Mochima que fue a probar suerte. El primer sitio donde aceptaron mis obras fue en Exahart".
A partir de ese momento las oportunidades empezaron a crecer para Carlos Rojas, conoció a un grupo de artistas con quienes organizaba muestras colectivas y llegó a ser secretario de una asociación de arte, Makizart. "En París ocurre algo curioso, los artistas se apoyan mucho entre ellos. Para mi fortuna todo fluyó y empecé a exponer individualmente y en colectivas en otros países".
"Estuve tres años en París. Ahora estoy en contacto con las galerías que mejor funcionen, y cada dos años expongo mis obras allá".
Carlos Rojas Lemus relata su historia en un pequeño espacio que es su estudio y lugar que habita. Es la parte de arriba de una casa que transformó en posada. Pero él se quedó con la mejor vista. La ventana de la sala-comedor y sitio de creación artística tiene vista al mar. En el mesón de la cocina tiene sus pinceles y pinturas, y en otro pequeño rincón aguardan algunas obras de las cuales no se ha podido desprender, no porque no gusten al público, sino porque les ha tomado un particular cariño. Para trabajar, un pequeño equipo de sonido y al lado algunos Cds de blues y jazz. En su nevera están pegados algunos recuerdos de Europa. Todo indica pluralidad, estadías, diversidad, Caribe y arte. Sobre todos sus obras, las cuales tienen un sello particular, una especie de encuadre pintado y con algunas palabras que dan la sensación de tratarse de una postal o de una estampilla. En fin, de un viaje. "Son mis sellos personales y me gustan porque la mayoría de mis obras siempre las expongo afuera y le hacen ver al espectador que muestro algo foráneo".
¿Por qué regresar a Mochima?
"Yo he querido venirme hacia mi realidad que es aquí. A través de mi sitio web y mis viajes me conecto con el mundo. Aquí es donde mejor me siento, donde está mi familia y mis raíces.
Además siempre estoy inquieto tratando de llevar mi obra a otras latitudes. Cada pieza nace y después toma su camino, inclusive porque de aquí mismo se van a otros países".
¿Qué le atrae al público de Europa, Asia y otras latitudes de tu arte?
"En Europa casi siempre hago mis exposiciones en invierno. Imagínate una ciudad tan gris como París en invierno y yo exponiendo todo el color del Caribe. Siento que las personas cuando ven mis obras bajo esas circunstancias se trasladan en un viaje, porque muestran color, donde predomina el gris".
¿Dentro de qué corriente ubicarías tu obra?
"Yo tengo un universo muy amplio y hago lo que estoy sintiendo sin pensar que tengo una línea definida, claro obviamente tengo un estilo pero no me apego a ello. Pienso que la pintura tiene que hacer soñar al espectador, para mí es importante la distribución de los colores, primero pinto el entorno y después la figura. Alguien me dijo que debería conservar la primera pincelada, pero pienso que cuando sales de las escuelas tienes mucha influencia de quienes te han enseñado y de quienes has estudiado, por eso lo más difícil es encontrar tu estilo propio, y ese camino es eterno".
El árbol genealógico de Carlos Rojas Lemus tiene sus raíces en el pueblo de Mochima, por lo que su piel es mar y tierra árida, y su pincel es azul, verde, naranja, ocre y tonos rojizos. Esa sangre caribeña se refleja en cada una de sus creaciones, donde paradójicamente el mar no es protagonista, aunque todo en su obra indica el Caribe. Un embajador de los contrastes del oriente venezolano.
"Ahora que estoy viviendo aquí en Mochima siento que hay un boom turístico en los últimos tiempos y pienso que se corre el riesgo de que se pierda su esencia. Por eso me embarqué en el proyecto de un pequeño museo histórico, donde mostramos la historia del pueblo, para que los visitantes sepan que esto no es sólo playa y arena, sino historia y tradición".
De aquí y allá
El 17 de junio de este año Carlos Rojas Lemus expondrá su primera individual en la ciudad de Madrid, España. Su trabajo lo ha presentado en Japón, Egipto, Estados Unidos, Francia, Alemania, Holanda y España entre otros. Son más de una treintena de exposiciones individuales y colectivas dentro y fuera de Venezuela. En el oriente venezolano tiene una muestra de su trabajo en la Galería Bahía de Lechería, donde recientemente presentó su exposición individual Detalles de Aquí y Allá, una representación pictográfica de los diferentes lugares que ha visitado bañados con la esencia y el color del Caribe. En el 2005 fue nombrado Patrimonio Cultural del pueblo de Mochima, y su labor como artista local fue reconocida por la Unesco, por el aporte a la difusión de la cultura regional.
http://www.estampas.com/2010/04/18/ori_arti_el-embajador-de-los_1817174.shtml
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