opinion: Fanatismo politico
31 de Diciembre del 2010 a las 14:53:02 0 Leído (664)
En fanatismo político
—Bayardo Quinto Núñez *—
Managua
Efectivamente nosotros los nicaragüenses debemos mirar más allá de los refinamientos mecánicos en que podemos incurrir dentro de la estructura social y política que actualmente tenemos, para que cualquier amenaza al sentido cívico de nación sea expulsado del ámbito nacional.
Es ahí que los resultados cotidianos en muchas ocasiones son desgraciadamente contrarios a la realidad, a la paz y la concordia que debería imperar en nuestro patrio. Es decir, el fanático político, no ve, ni oye, ni entinde otra opinión distinta a la de él, se deja llevar extremadamente por ideas que le perturban su voluntad, se entrega al apasionamiento con absoluta dedicación y estrictamente a su causa, en el entendido que es la única que debiese imperar, sólo cree en sus ideas, ideales políticos y religiosos, la de los demás no tiene(n) ningún valor.
Es necesario tener presente, que el fanatismo lo único que engendra es violencia, disturbios, y sobre todo aumenta el revanchismo, y a muchos los lleva a la venganza personal, simplemente por ser contrario a un credo político.
Es ahí el meollo, que el fanatismo se vaya a acrecentar en un futuro. Por ello, cada líder político de los distintos partidos tienen la obligación de orientar a su pueblo en cuanto a la tolerancia y flexibilidad, y hacerle ver que el entrar en dialécticas sólo conlleva a una avalancha social.
En sus manos está, si agitan o no al pueblo. No hay que caer en el vicio de la especulación política y que ésta se transforme en escenario nacional de futuras controversias sociales, en todo caso, se trata que los nicaragüenses nos entendamos por nuestro bienestar común.
Al efecto, no hay que provocar situaciones difíciles, porque cuando existen trabas políticas, es obligación de los líderes políticos buscar una forma alternativa para manejar esa situación anómala, y así evitar la violencia y el revanchismo político.
Ahora bien, una crisis de fanatismo, estimo, no la soportaría nuestra nación, pues, el peligro y las consecuencias serían desagradables para nuestro país. Cuando hay claridad sobre la naturaleza política y estamos convencidos que tiene que gobernar quien se lo gane y que en nuestro país es condición de condiciones que debe avanzar y desarrollarse como cualquier otro país del mundo, cuando entendamos esto, habremos logrado un buen índice de conciencia social y personal.
Caso contrario, los costos sociales nosotros mismos los pagaremos. De tal surte, debemos actuar con sensatez política, seas sandinista, liberal, conservador, etc., en el entendido que todos somos nicaragüenses y dependemos de un mismo ombligo que se llama Nicaragua.
Si verdaderamente queremos una mejoría para la sociedad, entonces, veamos hacia el futuro porvenir de nuestra nación nicaragüense, porque se trata de sacar al país adelante y no ejecutar acciones en retroceso, mucho menos queremos quedar estancados.
Sin embargo, esto no debe ser condición para que nos odiemos, repudiemos, recordemos que cualquier grito a tiempo, es mejor que un buen golpe, por ello es saludable que pensemos mejor las cosas, —políticos, pueblos, gobernantes-, dejémonos de pasiones extremas que conlleven al fanatismo y nos deje en la nada política y social.
Y, para concluir, en definitiva aunque lo expresado para algunos no sea la fórmula o forma perfecta de relación entre los ciudadanos, gobierno y líderes políticos, es sin duda una mejor alternativa. No es complicado, sólo se necesita de la voluntad de todos.
Entonces, la ecuación perfecta es que todos nos entendamos por el bien común; dichas sugerencias de corte ciudadano, conlleva la filosofía práctica de formar una relación diferente a la tradicional, entre las autoridades, líderes políticos, ciudadanos como tal, y por ende que las autoridades puedan navegar en aguas mansas conjuntamente con su pueblo. (PUBLICADO EL 9 DE FEBRERO DEL AÑO 2001, EN LA PAGINA DE OPINION DEL NUEVO DIARIO, PERIODICO DE NICARAGUA)
* Abogado y Notario