Antonio Sanchez Cabrera 2009-09-17 00:00:00
La escultura de la simbología y la existencia de la presencia
El reto es encontrar el nexo de unión entre los tiempos que han sido, el instante del presente y el futuro que vendrá.
La escultura de Antonio Sánchez Cabrera se basa en la simbología de lo totémico, que es la existencia de la presencia, ese algo que siempre está, que se halla en lo más hondo de la vida, porque convive con nosotros. Por esta razón conecta con las culturas ancestrales de Canarias, mostrándonos los momentos que fueron, es decir el pasado, pero, a la vez, perfilando el presente, a partir de la exhibición de simbolismos que poseen un punto de alegoría que encierran una carga histórica, de vivir instantes únicos, en el hoy, para proyectarnos al futuro, sin que por ello debamos renunciar a la tradición.
Su escultura se fundamenta en aspectos míticos, en personajes que no existen como tales, sino que representan de manera figurativa lo abstracto de su significado.
No hay nada persistente en el hilo conductor de su dedicación escultórica que nos lleve a otro discurso distinto. Todo es consecuencia de una actividad entendida como norte y guía hacia aquellas regiones del pensamiento en las que lo más significativo es la conexión con el más allá de las vibraciones que hicieron posible una época, en un tiempo y espacios determinados.
Su obra escultórica se caracteriza por su saber hacer, destacando su dominio de la técnica, su estudiada escenografía, su calidad y capacidad de imagen, de fomento de la imagen a partir de un estudio detallado de la idea, sin abusar del detalle, alejándose de la narración excesiva, siendo contundente en lo preciso, para mostrar lo específicamente único de su discurso.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)