En esta obra parece haber una pretensión de ver y hacer ver que lo común y cotidiano tiene un componente extraño, atemporal y fantástico, mediante guiños hacia lo irreal, lo antinatural, en un marco de ilusionismo que en absoluto pretende encerrar un trasfondo morboso sino más bien un plácido sentir de un mar de cielo rojo y fuego entre nuestro diario existir. El autor en modo alguno parece querer vagar por mundos de fantasía, sino que muestra la realidad tal y como es, con escrupulosa sinceridad incluso en sus aspectos más increíbles o fantásticos. |